Diseñamos presupuestos realistas y sostenibles que se adaptan al ritmo de tu negocio, sin recetas genéricas ni promesas imposibles
Después de trabajar con más de cincuenta emprendedores desde 2019, aprendimos algo fundamental: cada negocio tiene su propio ritmo. No sirve copiar plantillas de Excel que funcionaron para otros. Por eso desarrollamos un método que arranca desde tu realidad actual.
Empezamos analizando tres meses de tus movimientos bancarios reales. Nada de proyecciones fantasiosas. Queremos ver dónde entra y sale tu dinero de verdad. Luego construimos categorías personalizadas que tienen sentido para tu sector específico.
Lo que más valoran nuestros clientes es la flexibilidad. Los presupuestos que creamos se ajustan cada trimestre según cómo evolucione tu facturación. Porque en el primer año de un negocio, todo puede cambiar en dos meses.
También integramos alertas tempranas. Si detectamos que tus gastos fijos suben más del veinte por ciento en seis semanas, recibes un aviso antes de que se convierta en problema. Hemos evitado crisis de liquidez simplemente mirando los números a tiempo.
Los cambios no son mágicos, pero suelen aparecer antes de lo esperado. Estos son los avances más frecuentes en los primeros tres meses de colaboración.
Muchos emprendedores descubren que su margen real es diferente al que imaginaban. Al categorizar cada gasto correctamente, ves exactamente cuánto te queda de cada venta. Una clienta nuestra pensaba que ganaba treinta euros por producto, pero descubrió que apenas sacaba dieciocho después de contar todos los costes ocultos.
Automatizamos la categorización de gastos recurrentes. Lo que antes te llevaba dos tardes al mes, ahora lo resuelves en veinte minutos. Un cliente del sector tecnológico pasó de revisar facturas cada viernes a hacerlo una vez al mes, porque el sistema ya ordena el ochenta por ciento automáticamente.
Te ayudamos a construir un colchón financiero sin asfixiar tu operativa diaria. Calculamos cuánto necesitas apartar cada mes según tu estacionalidad. En seis meses, varios clientes lograron acumular el equivalente a dos meses de gastos fijos, algo que parecía imposible al principio.
Viggo Lindström
Fundador de estudio creativo
Llevaba dos años facturando bien pero siempre acababa el mes justo. Con su sistema, identifiqué tres suscripciones de software que ni usaba y gastos variables que podía negociar mejor. En cuatro meses noté la diferencia en mi cuenta corriente. Lo mejor es que ahora sé exactamente cuánto puedo invertir en nuevo equipo sin arriesgar la estabilidad.
Silje Ødegård
Consultora independiente
Mi mayor problema era la estacionalidad. Algunos meses cobraba proyectos grandes y otros casi nada. Me enseñaron a distribuir los ingresos buenos a lo largo del año, creando una especie de salario mensual estable. Ahora tengo visibilidad de seis meses por delante y puedo planificar vacaciones sin angustia. Además, las alertas me avisaron cuando un cliente retrasó un pago importante, así que pude reaccionar a tiempo.
Trygve Mørk
Comercio electrónico especializado
Quería contratar a alguien pero no sabía si podía permitírmelo realmente. Hicimos simulaciones con diferentes escenarios de ventas y costes salariales. Me demostraron que sí era viable si ajustaba el timing y renegociaba con dos proveedores. Contraté en septiembre de 2024 y la empresa creció sin comprometer la tesorería. Lo que más aprecio es que no me vendieron humo, me dieron números concretos basados en mi historial real.